Beneficios de la Economía Digital en México

Contenido:

Beneficios de la economía digital-First by Mobile

1. La importancia de la transformación digital

¿Es posible separar los negocios de cemento y ladrillo de su actividad digital? ¿Podemos aislar los avances digitales en las industrias típicamente tecnológicas de aquellos que suceden en sectores menos afectados? La digitalización ha permeado dentro de nuestra vida social y económica.

Tomemos el ejemplo de la agricultura – un sector que en México da empleo a uno de cada ocho trabajadores. La productividad agrícola puede ser mejorada mediante una mejor comunicación de los consejos de extensión agrícola o mejores pronósticos del tiempo. La operación de una cadena de suministros agrícola, así como la logística que conlleva, también son afectadas profundamente por las TICs. Finalmente, el mercado para los productos agrícolas – la forma en que los insumos (fertilizante y semillas) y los productos (agrícolas) son comprados y vendidos, en qué extensión geográfica – también se ha visto afectado: diversos estudios han demostrado cómo el acceso a los teléfonos móviles permite a los agricultores obtener precios más altos y más estables. El objetivo de este artículo es describir los beneficios que México podría obtener al tomar ventaja de todas las oportunidades de la digitalización, evaluar el desempeño de México.

2. ¿Dónde se encuentra México ante la transformación digital?

Mientras que el internet se ha esparcido rápidamente en algunos países, la tasa de adopción de las tecnologías que utilizan internet presenta una mayor variación. La adopción de nuevas tecnologías se encuentra relacionada al nivel de competencia que enfrentan las empresas. “Las empresas grandes, de rápido crecimiento, de conocimientos intensivos, orientadas a la exportación y de entorno urbano suelen hacer más uso de las tecnologías digitales.” Mayor competencia en el sector de TIC incrementa a la vez, la demanda por los servicios de éstas empresas. Aún más importante, pareciera que no existen las mismas barreras a la adopción que se encuentran, por ejemplo, cuando la regulación carece de la flexibilidad necesaria para incluir a nuevos entrantes
desestabilizadores – pensemos en Uber – o cuando una empresa dominante explota su posición para solidificar su poder sustancial de mercado, o incluso capturar nuevos mercados.
Éste artículo se enfoca en la posición de México en términos de las tendencias generales de la digitalización, preguntándose si la competencia, la flexibilidad reguladora y las protecciones contra el abuso de dominio han jugado algún papel en permitir que el país coseche los frutos de la digitalización.

2.1 México y el resto del mundo

En cuanto a los servicios básicos de telecomunicaciones, México ha mostrado un desempeño consistentemente pobre. Desde una perspectiva de alto nivel, su desempeño promedio colocaría a México en un nivel similar a su PIB per cápita, que en 2015 se ubico en la posición 64 de 185 países (percentil 65).

Telefonía fija: La penetración de telefonía fija, actualmente es 16% y coloca a México cerca al percentil 54, es decir, por encima del 54% de los países. Por lo tanto, se encuentra por debajo no solo de los países desarrollados, sino también de la media en América Latina. Es notable que la penetración se ha mantenido sin crecimiento durante casi toda la última década, a diferencia de las fuertes caídas observadas en Europa y en los Estados Unidos. Con el número de líneas fijas 14 manteniéndose en un nivel constante de 19.5 a 20 millones desde el 2005, las tendencias mundiales han permitido a México escalar cinco escalones en el ranking desde el 2012. Esto puede explicarse en parte por la sustitución de líneas fijas por dispositivos móviles, situación que México esquivó al contar con nuevos usuarios que optan directamente por la tecnología móvil.

Telefonía Móvil: En términos de penetración de la telefonía móvil (el número total de líneas de acceso por cada 100 habitantes) México nunca ha sido capaz de alcanzar las tendencias mundiales. Más de dos tercios de los países cuentan con una penetración de más del 100%, mientras que en México el nivel es de 89%. En 2015 el país se ubicó en la posición 140, en un deprimente percentil 33 – es decir, únicamente superando al último tercio de los países.

Usuarios únicos: Las estadísticas de penetración móvil no revelan todo el panorama, pues la imagen se vuelve más clara cuando se considera el número de usuarios únicos. La penetración en éste caso se encuentra a niveles similares a América Latina, con un 70% de la población contando con un dispositivo móvil, tan solo 9 y 17 puntos porcentuales por debajo de Norteamérica y Europa occidental, respectivamente.

La razón principal detrás de la contradicción en los indicadores es que en México es menos común encontrar a individuos con más de un teléfono, en comparación con el resto del mundo. Esto se debe en gran parte a los precios, tasas terminales móviles bajas, grandes zonas con un solo proveedor de telecomunicaciones y la poca necesidad de contar con más de una tarjeta SIM, dada la enorme comunidad perteneciente al operador más grande. El país ha visto su ranking mundial incrementarse en tan solo 4 puntos porcentuales en los últimos 3 años.

Hasta el momento, los servicios de banda ancha muestran un desempeño marginalmente mejor en comparación con el resto del mundo. México fue el 50vo país del mundo en lanzar servicios de banda ancha móvil.

Banda Ancha Fija: La penetración de banda ancha fija, la mitad de la cual es provista mediante tecnología DSL, 34% con cable modem y 13% con fibra, ha alcanzado el 12%. Puesto que el 88% de las conexiones son de uso residencial, la penetración en hogares actualmente se encuentra cercana al 47%. Éstos números coinciden con la media global, cerca del percentil 55. La tendencia positiva observada durante la década previa a 2012 parece haberse revertido, pero es en todo caso marginal y demasiado pronto como para predecir qué tan sustentable será en el
futuro.

Banda Ancha móvil: El uso de banda ancha móvil continúa creciendo a ritmos superiores al 20% anual 16 alcanzando más de 69 millones de conexiones 17 (penetración de 53%), lo cual, de acuerdo al GSMA, significa que el 44.7% de la población cuenta con una conexión de banda ancha móvil. La posición de México, actualmente en el puesto 96 (percentil 57) es ligeramente mejor que su calificación en servicios tradicionales. Sin embargo, el país ha comenzado a retroceder, principalmente debido a que muchos países con baja penetración, continúan creciendo a más del 30%, cerrando rápidamente la distancia que los separa de México, mientras que los países con una alta penetración han reducido su absorción de forma significativa, hasta un 5% o 7%.

Población activa en el Internet: En México para el año 2015, más del 57% de la población de 6 años o más, accedió a internet con cierta frecuencia. Su uso se encuentra por encima de la media latinoamericana. La posición relativa de México – en el percentil 60 – es mejor que cualquier otra estadística relacionada a las telecomunicaciones. Éste porcentaje, comparado a los índices de penetración de banda ancha para residencias y para dispositivos móviles, implica que algunas conexiones de banda ancha están siendo compartidas por varias personas, varios de ellos utilizando el internet mediante puntos de conexión públicos. De acuerdo a una encuesta realizada en la Ciudad de México18, el 22% de los adultos (mayores de 16 años) contaban con acceso al internet dentro del trabajo, 15% utiliza puntos de WiFi públicos y, el 64% del tiempo que pasaban en el internet lo hizo mediante una conexión de WiFi inalámbrica.

 

3. La “Economía de Apps”

Las ‘Apps’, particularmente en su versión móvil, conforman uno de los componentes principales y más cambiantes de la cadena de valor de las comunicaciones. En su mayoría son suministrados por dos intermediarios: la App Store de Apple y el Playstore de Google.
Fue tan solo hace ocho años que Apple decidió comercializar (tras un proceso apropiado de revisión) las apps de otros desarrolladores. Google hizo lo propio poco después con el lanzamiento de sus aplicaciones Android. Esto ha tenido un efecto mayúsculo en la manera de distribuir el software para teléfonos inteligentes y para su desarrollo, lo cual las ha vuelto altamente productivas para las principales plataformas móviles.

El efecto también ha sido importante en los países que quedan fuera del llamado “círculo mágico”, 10 países que se dice concentran el 95% de los ingresos generados por las apps.34. Sin embargo, esta concentración no solo representa una desventaja para los desarrolladores en otros países, sino que también puede alterar los mercados en general al promover productos y servicios provenientes de algunos países, pero no de otros.
Un estudio internacional reciente sobre el tema de las apps revela algo de la experiencia de México. El estudio revela que México se encuentra por debajo de su desempeño óptimo en varios aspectos. El número de desarrolladores de apps en la Ciudad de México es igual al de Lima, la mitad de Buenos Aires y una tercera parte del número en Sao Paulo.

Ésta situación puede deberse a varios factores, entre los cuales se enuentran la falta de capacitación puede ser una variable importante. También puede exacerbarse por una intensa competencia con el gran número de apps desarrolladas en español. Las Apps se han convertido en la interface principal para los usuarios de la economía digital, por lo que será necesario contar con una importante experiencia y capacidad local si el país busca evitar
quedar rezagado. Dada la importancia de la Economía de las Apps, es vital que el gobierno de México y su comunidad empresarial comprenda estos factores y busque remedios para ellos.

4. Comercio electrónico

A simple vista el comercio electrónico podría parecer una aplicación relativamente sencilla para la economía digital. Sin embargo, al igual que otras aplicaciones, cuenta con una larga lista de insumos complementarios que abarcan desde las mejorías en la conectividad y sistemas de pagos hasta la disponibilidad de las entregas de paquetería y el desarrollo de confianza hacia los proveedores de los productos.

El comercio electrónico o digital generalmente cae dentro de dos categorías principales:
a) La compra de bienes tangibles en una plataforma en línea (requiere de métodos “analógicos” o de “cemento y ladrillo” para la entrega, que pueden requerir una actualización).
b) La adquisición de permisos (billetes de viaje, o contratación de un seguro) o de contenido digital, como lo son datos, programas de computación, contenido de investigación, libros electrónicos, revistas, música y video. Éstos pueden ser enviados de forma digital al comprador.

El comercio digital o electrónico puede tomar una de varias modalidades: de Empresa a Consumidor (B2C), de Empresa a Empresa (B2B) y de Consumidor a Consumidor (C2C).
El enfoque de la mayoría de nuestro argumento se ha basado en el modelo B2C, aunque el modelo B2B tiene el potencial de ser muy importante. En casos de que el cliente sea una micro-empresa o PYME, éstas podrían enfrentar obstáculos muy similares a aquellos enfrentados por el consumidor. En casi cualquier jurisdicción de un tamaño importante, la gran mayoría del comercio electrónico será interno, al menos dentro de la primera categoría descrita. Es decir, que da lugar dentro de las fronteras nacionales, en lugar de a través de fronteras. Aun así, el 57%
de los usuarios encuestados por la Asociación Mexicana de Internet dijeron realizar compras transfronterizas, con dos terceras partes de ellos comprando productos originarios de EEUU.

Lograr que los consumidores utilicen un nuevo canal de distribución o incentivar a los consumidores desinteresados a que amplíen sus opciones es un problema común. El éxito suele requerir de una serie de medidas que involucran a diversos actores. Normalmente, todas estas medidas deben estar bien establecidas antes de ver un beneficio por una mayor penetración e interacción.

El problema de la interacción y la motivación de los clientes posibles puede ser resumido como la necesidad de contar con las “tres As” por sus siglas en inglés. Adaptados a nuestro caso particular, éstos componentes son:
• Acceso (Access) o conectividad: Queda claro que un cliente del comercio digital debe tener acceso a un proveedor en línea. En primera instancia esto requiere de acceso al internet, lo cual cada vez más es cubierto mediante el uso de teléfonos inteligentes.
• Evaluación (Assess): Si el cliente busca tomar una decisión razonable, deben ser capaces de comparar las posibles transacciones electrónicas unas con otras, así como con la opción de adquirir el producto en una tienda de “cemento y ladrillo”.
Las organizaciones comerciales deben estar motivadas para ofrecer ésta información comparada ya sea por separado, a través por ejemplo de una página de comparación de precios, o mediante una plataforma en línea que agregue los servicios de distintos competidores. Un elemento crucial dentro de la evaluación involucra los riesgos de que una transacción falle – por ejemplo, que el producto no sea entregado o presente un desperfecto. La confianza es necesaria.
• Acción (Act): Con tal de completar la transacción con éxito, ciertos arreglos deben ser hechos que suelen quedar fuera del control del cliente o del proveedor. Tres ejemplos importantes son:

  1. La disponibilidad, en términos razonables, de un sistema de pagos confiable.
  2. En el caso de bienes físicos, la disponibilidad de términos razonables para un servicio de entrega (incluyendo la auto-entrega).
  3. Acuerdos claros, prácticos y razonables para el pago y recolección de impuestos sobre la venta.

La conectividad de banda ancha confiable y a precio accesible es una condición necesaria para el comercio electrónico. El gobierno puede jugar un papel activo en mejorar la disponibilidad de costos, reduciendo por ejemplo los impuestos incurridos a operadores y consumidores, así como promoviendo la competencia y la inversión.
La presencia de redes de 3G y 4G es esencial. Las velocidades de descarga que permiten el uso de imágenes detalladas o video para demostrar un producto son importantes, mientras que una latencia de conexión baja es de vital importancia para realizar pagos.

Conclusiones

Comenzamos haciendo notar que la revolución digital ha tenido un impacto sobre la producción, transacción y consumo al reducir los costos, acercar los servicios a los consumidores tanto viejos como jóvenes y creando nuevas categorías de bienes y servicios.
También ha incrementado de forma dramática la comunicación entre las personas – desde una simple llamada de voz hasta una video-llamada, mensajes de texto e incluso ahora el desarrollo de grandes redes sociales y profesionales.
Éste documento ha argumentado que México cuenta con la posibilidad de percibir los beneficios asociados con perseguir una política coordinada para la digitalización de la economía. Sugerimos que existen algunos factores de ‘arrastre’ que lo facilitan, impulsados por la posibilidad de “ponerse al corriente” en los próximos años para reponer el pobre desempeño anterior. También podría beneficiarse en el futuro por la profundización de la economía digital. Sin embargo, también existen factores de “empuje” – Debido a que las economías del vecindario y del entorno global se encuentran en pos de iniciativas similares, México no puede permitirse el quedar más rezagado.

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